Esos espacios vacíos que todos deberíamos tener para poner momentáneamente esas cosas que sabemos que las vamos a volver a utilizar, aunque no sean su lugar para siempre.
Aquí me refiero a un cajón y al orden, pero puede aplicarse a nuestra propia mente. Para que nada se nos enquiste, esas cosas que les damos vueltas y más vueltas. Porqué al final todo pasa, todo se resuelve, de una otra forma, i así poder fluir.
Dejemos un espacio para esos problemas momentáneos, aunque no lo parezca, para poder vaciarlo un tiempo hasta que otro aparezca.
Y en las relaciones lo mismo. Si algo o alguien no nos hace bien, dejemos que salga, que se vaya, para que algo nuevo pueda entrar.
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