21 de agosto de 2019

Hotel Silencio

Este es el libro que estoy leyendo estos días de vacaciones -en la columna del margen tenéis el enlace-. Me vino con la caja de suscripción mensual Bookish de mayo, si no recuerdo mal. No es que lo haga mucho este verano. Leer, quiero decir; la verdad es que me cuesta concentrarme pero me gusta ponerme. Entre otras cosas para desengancharme del móvil y sobre todo porqué es empezar y me dan ganas de escribir, o de explicar sobre todo lo que veo. -Anotación: leer con un cuaderno y un  boli al lado-. Y es no es que el libro sea muy descriptivo -abajo os dejo la reseña- pero siempre que leo me pasa lo mismo, a no ser que me atrape muchísimo con alguna historia fascinante, y la verdad hace tiempo que no encuentro ninguno así.

Y de esta forma estirada en la tumbona del jardín leo una página, y el pajarito que cada tarde nos visita me distrae, y de ahí miro por encima de mí y el gínjol con sus tan verdes y brillantes hojas contrastando con el azul intenso del fondo me atrae, me fascina. Vuelvo al libro, dos páginas más y me empieza a picar la pierna, estos días los mosquitos las están acribillando, y más allá de mis pies veo que le ha salido una flor nueva al hibiscus, y pienso, qué bonito es todo y como me gustaría compartirlo, explicarlo, y lo empiezo a hacer, para mí, describiendo todo eso que veo, que me distrae de la lectura.

Y el caso es que el libro me está gustando.





Resumen Hotel Silencio

Su mujer lo ha abandonado. La demencia de su madre no hace más que avanzar. Acaba de descubrir que su hija no es su hija biológica. Visto que solo su particular habilidad para las reparaciones y las chapuzas domésticas sigue teniendo algo de sentido, Jónas decide agarrar su caja de herramientas y hacer un viaje solo de ida a un país extraño y devastado por la guerra para desaparecer y darle un fin definitivo a esta triste existencia. Pero los desperfectos en el Hotel Silencio en el que se aloja comienzan a requerir sus atenciones, y también lo hacen los huéspedes, y los habitantes de la ciudad, y su plan aplaza una y otra vez. Así, con mucho humor y sutileza, Ólafsdóttir deja claro que las heridas particulares, vengan de donde vengan, solo cicatrizan en común.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario