Si la primera semana de este enero del 2021 nos visitó la Filomena con sus fríos, la última nos trajo un ratito de primavera y cada mediodía ha sido una bendición. Yo que odio el invierno con el frío, la humedad y el viento, ha sido una inyección de energía. Mientras esperamos ansiada primavera.
Y con Barcelona vacía de turistas y el buen tiempo hemos aprovechado para barcelonear, patear lugares que llegué a odiar por no chocar con las manadas de lenguas y brazos ajenos.
Os dejo con un paseo por uno de mis barrios favoritos de esta amada y algunas veces odiada ciudad. El barrio gótico.
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