11 de febrero de 2023

La vida de mis sueños | Relato compartido


LA VIDA DE MIS SUEÑOS

¿Que si me había dormido? No, qué va, cómo me iba a dormir. Estaba acordándome, no sé por qué, de un anuncio que leí hace unos años mientras hacía cola en  la panadería de Lucas. 


"Si piensas que creer es crear, si sabes que dentro de ti está la magia y crees que tus sueños pueden hacerse realidad, no acalles nunca tu voz interior"


Y así pasé la noche en vela, pensando en crear la Vida de mis sueños, empezando por dejar este trabajo que ya no me gusta,  cada día el despertador, a las 5 de la mañana, está siendo una tortura...

Espero algún día haré realidad mi sueño, ese sueño que anhelo desde que vi el anuncio


Y es que nunca es tarde. Por qué no? Mañana, mañana me pongo a ello. Será difícil, lo sé. Lo primero de todo es no decir nada a nadie hasta que lo tenga perfilado. Claro que para ello he de tomar una decisión importante que puede afectar a otras personas. Sí, efectivamente será difícil, pero no puedo seguir así.


Así que decidí tomar una decisión a la mañana siguiente y no demorarlo mas, llamaría por teléfono al anuncio de la panadería de Lucas y concertaría una visita para ver esa casa que aunque vieja, desprendía encanto, veremos las condiciones......


El interior de la casa era aún más mágico que la fachada. Con unos pocos arreglos ese sería el lugar perfecto para echar a andar mi siempre soñado taller de juguetes y regalos artesanales. 

Esa casa llevaba años esperando un inquilino, era como, cómo....Si todo ese tiempo me hubiera estado esperando. Y esa chispa, ese pensamiento me hacía creer que era el momento. Que todo iba a salir bien.


Mi sueño estaba a punto de hacerse realidad,  eso tan soñada tantas veces, amaba cada minuto en que sucumbía  a ello y me veía así,  como estaba ahora y en el lugar elegido. Solo echaría de menos a Matías, él que siempre me apoyaba, aunque no entendiera que quisiera dejarlo todo para empezar mi nueva vida...


Dijera Matías lo que dijera yo estaba decidida a cambiar de trabajo, estaba harta de levantarme a tan temprano, sobre todo en las mañanas invernales ya que aquí caen unas nevadas de cuento de navidad. Había ahorrado para cumplir mi sueño, para eso había estudiado Arte y mis manos hacían unas manualidades muy bonitas, claro que también vendería cosas de otros países.


Y ahí estaba ya, en mi nueva casa, que tras haber arreglado una habitación, una cocina y un baño, aunque fuera de forma provisional y sobre todo la zona que sería mi taller, había quedado habitable y con el tiempo, trabajo y paciencia pensaba dejarlo confortable. Ahora no sabía si seguir con el patio-jardín, que me encantaba y no quería que  por el estado en que se encontraba, todo embarrado, ensuciase la casa cada vez que entraba y salía. Pero para eso necesitaba contratar a alguien que cavase y aplanase el terreno. Estaba muy ilusionada y hacía mucho que no me sentía así.


Fui a la inmobiliaria del pueblo a pedir ayuda y al día siguiente tenía un par de trabajadores que con las herramientas en mano me dijeron que podían empezar enseguida. Y comenzaron a cavar y apartar los montículos de tierra, hojas y restos que cubrían parte del jardín. De repente oí un improperio y las voces que los trabajadores que me llamaban. Junto al olivo, a menos de 30 cm de la superficie habían dado con una desagradable sorpresa.


Rayos!!! No lo podía creer. Por lo que podía percibir entre esos escombros y runa parecía asomar algo parecido a unos restos. No podía creer que en menos de 48h mi jardín se hubiera convertido en el campamento provisional de policías e investigadores.


La cosa empezaba mal. Esto si que no me lo esperaba. Tengo que conseguir hablar con algún responsable y que me informe de qué o quién son esos restos. Nadie me dice nada.  De momento pasaré por la inmobiliaria a ver que me explican. Me gustaría saber a quién pertenecía esta casa y el por qué ha tardado tanto en alquilarse. Y si no, tendré que investigar por mi cuenta. He conocido un muchacho en el café del pueblo muy agradable, a ver si le saco algo.


Pasaban las semanas y mi jardín estaba ya despejado y tranquilo, pero yo seguía inquieta. Entre Pol y yo, así se llamaba el propietario del café del pueblo, había surgido un filing singular y aunque seguía sin sacar nada en claro del suceso, empecé a frecuentar el café con cualquier excusa. Un día quedamos para tomar una copa sin que nadie interrumpiera nuestras conversaciones. Era muy ameno y no estaba nada mal el muchacho.  Nada me incitaba a pensar que no es oro todo que reluce y que en aquella, aparente  ignorancia suya respecto a lo sucedido, estaba el quid de aquella incógnita que, junto a él yo iba olvidando. Volvía a retomar la rutina de mis creaciones que iban siendo conocidas por la zona. 


Hasta que una noche mientras dormía.... un ruido me despertó. Venía de la buhardilla, que aún no había limpiado y pensé que sería una rata. Intenté retomar el sueño pero no podía, otro sonido, esta vez más fuerte y largo  me sobresaltó. Busqué una linterna y subí con precaución. Al abrir la puerta vi que la luz estaba encendida y que hacía frío. Había una marca en el suelo, como si algo hubiera sido arrastrado hasta el rincón más alejado, junto a la ventana, que estaba abierta. Qué estaba pasando? Me dirigí hasta allí muerta de miedo y lo vi. Era en viejo y polvoriento baúl, y estaba abierto. Pero en su interior parecía vacío. Alumbré bien con la linterna y allí boca abajo había una fotografía. Al mirarla me quedé estupefacta. Era un retrato familiar de los años 70, aquellas que tenían un ligero tono magenta; y aquel niño... sus ojos.... aquellos ojos, aquel semblante... era idéntico al de Pol... No me lo podía creer.


Al ir a cerrar la ventana vi una sombra que se escabullía por el camino. No lo pude ver bien pero me pareció una figura masculina. Cuando me repuse un poco cerré la ventana, bajé y llamé a la policía. Dios santo! qué estaba pasando? 

No vinieron hasta haber amanecido. Uno de los agentes después de hacerme todo tipo de preguntas me dijo que tomarían huellas y que ya me informarían. Mientras tanto, me sugirió, sería prudente que dejase la casa un tiempo. Cuando se iban, el otro agente se acercó y me dijo que los restos encontrados eran de una mujer y una niña. Y recordé la foto, una madre con un niño y una niña....


Me sentía abatida. No quería abandonar mi sueño pero estaba sintiendo miedo. En quién podría confiar ahora?

Pensé en llamar a Matías y que viniese a buscarme pero no me parecía justo después de que para él, sin ningún motivo aparente, lo hubiese dejado todo. La verdad es que le echaba de menos pero no quería volver. Y aquí, aparte de Pol y algunas personas de los comercios que frecuentaba apenas conocía a nadie. 

De repente sono el timbre de la casa y me sobresalté. Abrí y era él.


-Qué haces aquí? Me abracé a él. Qué está pasando aquí? - me preguntó - Le miré extrañada. -Por qué iba a pasar algo? Por qué has venido ahora? Te dije que necesitaba un tiempo para encontrarme, para ver si me adaptaba a este lugar. Pasamos al salón y nos sentamos. -Estaba extrañado de que no me dijeras nada desde hace días, ni un mensaje, ni una llamada. Y ahora te encuentro así, haces mala cara. -Es que no he dormido nada. La verdad Matías es que estaba pensando en llamarte pero no me atrevía. Están ocurriendo cosas muy extrañas y tu aparición… ha sido tan oportuna, tan casual y… extraña.  -Tranquilízate y cuéntame. Por cierto, vaya cambio la casa, te ha quedado muy bien. -Cambio? Me ha quedado? si tu no la habías visto antes . -Bueno me comentaste que la estabas arreglando. -Ya. Me separé de él un poco y le miré. había algo extraño en su mirada. De repente se levantó y me dijo: voy al baño, llevo mucho tiempo en la carretera. Antes que le dijera dónde estaba el aseo, vi como se dirigía directamente al piso de arriba. Como sabe? … sonó un teléfono, me sobresalté, era el suyo, se lo había dejado en la mesita. Lo miré y me quedé petrificada al ver el nombre que aparecía en pantalla. Pol. 




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